Muchas Gracias Covelina!!
Autora: Covelina
Serie: HWS
Pareja: Grecia x Japón (Heracles x Kiku)
--------------------------.---------------------.--------------------------.-----------------------.-------
Como
siempre que visitaba la casa del balcánico, Japón se estremeció de
ansiedad antes de golpear suavemente la puerta en esa calurosa tarde de
verano mediterráneo. No era que le desagradara estar con él, por el
contrario, cuando se encontraba a su lado todo lo demás disminuía su
importancia y sólo se dejaba llevar por la calma perenne de su
anfitrión.
Esa
calma con la que deducía que el habitante de la casa comenzaba a
acercarse a la puerta, a juzgar por la demora. Finalmente sintió
acercarse unos maullidos y Grecia asomó somnolientamente en la puerta.
Los ojos de Japón descendieron al mismo tiempo que su rostro se fue
encendiendo de rubor, al notar que el europeo se encontraba apenas
vistiendo ropa interior ¿Por qué estos occidentales no conocían el
pudor?
-G-Grecia san…
Musitó
azorado. Al darse cuenta, el aludido accionó muy (realmente muy)
ligeramente sus músculos faciales en algo que algún día podría haber
sido una sonrisa.
-Estoy lavando la ropa ahora… ¿Me acompañas?
Japón
asintió sin levantar la vista del suelo, ante todo para no ser
descortés. Era una situación incómoda, aunque no negaba que el torso
bien formado de Grecia le provocaba suma admiración, como si hubiese
sido esculpido por el renombrado Fidias ¿Cómo se mantendría en tan buen
estado físico si se pasaba el día durmiendo?
-¿Una bebida?
Grecia lo sacó de sus reflexiones con su lánguida voz.
-Sí, por favor.
No,
no podía desviar sus pensamientos de ese cuerpo, que con simpleza se
daba a exponer su belleza. Y algo en lo más profundo de su intuición de
japonés le decía que él lo hacía apropósito.
-Japón…-
Volvió
hablar (más bien bostezar) Grecia mientras extendía a su invitado la
mano con un vaso de Raki* que en una mala maniobra fue a dar con todo el
contenido ¿accidentalmente? en las ropas de Japón
- Lo siento…-declaró con una suave sonrisa que parecía ocultar mucho más de lo que aparentaba- Tendremos que lavarla también.
Japón
no comprendía cómo había dejado que las cosas llegaran a tal punto,
encogiéndose tímidamente en la sábana que Grecia le había prestado para
que se cubriera mientras lavaba su ropa manchada de raki, desde luego
que la idea había sido suya pues el europeo no había dado ninguna
muestra de querer tapar la pálida piel de su azorado invitado, con esa
espontánea liberalidad de la que hacía gala. Lo más problemático era,
además, que el clima mediterráneo no se ajustaba mucho a sus
intenciones, ofreciéndole un día altamente soleado que lo hacía
transpirar dentro de su refugio de lino y, en cambio, perlaba el cuerpo
de Grecia cuando tendía la ropa en las sogas, emulando a los antiguos
atletas que homenajeaban a sus dioses con el esplendor de su juventud y…
¿En qué diablos estaba pensando? Japón sacudió la cabeza aun más
agitado, esperando que su rubor se disimulara con los efectos del calor,
hasta llegaba a pensar que el tiempo atmosférico también podía ser una
confabulación de su anfitrión.
No
podía decir que se sentía mal, todo estaba en calma tal y como a él le
gustaba, la única inquietud provenía de su interior, por lo que decidió
sacarla de sí para no incurrir en una descortesía para con su anfitrión.
Comenzó a respirar hondo para relajarse y sacar de su mente todas esas
tonterías, dejó que el sol lo cobijara, la suave brisa del Mediterráneo
acariciara sus cabellos y los maullidos de los gatos que los circundaban
arrullaran tiernamente su paz. Su estado de relajación llegó a tal
punto que se sintió adormecer, la sábana se había deslizado por su
hombro, pero no le importó, comenzaba a sentir ese sopor que
caracterizaba tanto a Grecia…
Se
recostó sobre el diván de mimbre en que estaba sentado, sumamente
complacido, entonces comenzó a sentir una delicada caricia avanzando
sobre sus piernas, quería oponerse pero el tacto era tan sutil que
dudaba de su veracidad, se agitó un poco, la caricia continuaba
avanzando en la misma medida que su nerviosismo, se aproximaba a un
punto crítico, aquello fue demasiado; al primer roce indebido se sentó
súbitamente exclamando en un tono anhelante que pretendía parecer
ofendido.
-¡Grecia san!
-¿Eh?
El
aludido se acercó por el frente, llevando en sus manos un canasto con
ropa húmeda ¿Si él estaba ahí entonces…? Miró a sus piernas, un pequeño
gatito ya había hecho de aquél el lecho de su siesta y comenzaba a
runrunear. La vergüenza coloreó las mejillas del oriental.
-¿Qué te estaba pasando, Japón?
Japón
se alzó de súbito (lanzando al gatito lejos en el intertanto, suerte
que cayó de pie) recobrando a duras penas su compostura.
-C-creo que debo irme, Grecia san, por f-favor devuélvame mi ropa.
Las
últimas palabras hicieron que volviera a sonrojarse para supo
divertimento de su interlocutor. Mientras se tomaba su tiempo para
buscar las prendas del invitado, Grecia pensó
-Japón es tan fácil de provocar…
---------------------------.--------------------------------------.-----------------------.----------------
*Raki:
(también llamado tsikoudia o tsipouro). Raki le dicen los turcos y la
palabra cretense es tsikoudia. Licor elaborado con alcohol de grapa,
esencia de anís y azúcar y en general es de factura artesanal. Es
realmente muy fuerte y si conoces a algún griego o griega es muy
probable que te convide uno como símbolo de amistad.